Empresa
La evolución de la empresa KRONE.
Una calidad de producto ejemplar a un precio justo, una capacidad innovadora extraordinaria, una mentalidad de servicio reconocida y la cercanía al cliente: estos aspectos definen el historial de éxito de la empresa familiar Krone.
Cómo comenzó todo: En 1906 el experto forjador Bernhard Krone y su esposa Anna tenían una pequeña explotación agrícola y una posada en Spelle. Por ello, abandonaron su domicilio en Ochtrup, donde Bernhard Krone había trabajado desde 1897 como herrero autónomo, y se mudaron a Spelle. Mientras Anna Krone se ocupaba de la granja y la posada, Bernhard montó en Spelle una forja de aldea. Su destreza manual se conoció rápidamente y entre sus clientes no sólo hubo granjeros de Spelle, sino también de poblaciones cercanas.
La segunda generación también demostró una gran habilidad y una enorme capacidad de innovación y presentó rápidamente sus propias construcciones. Entre tanto, la cartera de pedido era tan buena que se superaban las capacidades de la empresa en Spelle.
En 1963, se compró un terreno en Wertle en el que se fundó una filial. Aquí KRONE inició la producción de remolques agrícolas, carros de plataforma y remolques basculantes. Debido al desarrollo descendente de las ventas de remolques agrícolas, en 1970 se decidió cambiar la producción de la fábrica de Wertle a remolques y semirremolques para el transporte de mercancías por carretera. Se contaba con la competencia en la producción así como los conocimientos de compras para remolques, y el mercado de vehículos y contenedores de transporte para el transporte por carretera estaba en plena expansión. Así surgió el segundo pilar: la producción de vehículos utilitarios.
Entretanto, la cuarta generación asumió la dirección de la empresa pero los valores de KRONE permanecieron inamovibles: El cliente, el trabajador y la compañía. En este orden.